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Si bien el lugar de origen del burro no ha sido establecido con precisión (suele situarse en Arabia, como también en África del norte), lo que se sabe con certeza, en virtud del copioso aporte de testimonios históricos, es que su domesticación se remonta (en Egipto, por ejemplo) a muchos siglos antes de Cristo.
Todavía subsisten en las estepas del noroeste de África verdaderos asnos en estado salvaje (Equus africanus asinus), especie esta que constituyen la segura antecesora de los asnos actuales, de hecho son la misma especie.
En algunos lugares montañosos de Europa insular (Cerdeña y otras islas del Mediterráneo) se encontraban, hasta hace algunos siglos, asnos salvajes, pero fueron consideradas especies cimarronas, es decir, animales domésticos que retornaron a la vida salvaje.
Las especies asiáticas (onagros y hemíonos) no son, en realidad, verdaderos asnos, sino especies afines que se parecen a los asnos y a los Caballos.
Son escasas las razas asnales, en razón de acusar la especie pocas variaciones. Las razas más estimadas por sus aptitudes son: la del Poitu (voz francesa, pronúnciase puatú), que toma su nombre de esta región de Francia. Son animales corpulentos.
Casta ausetana, originaria de Cataluña. El nombre se debe a la denominación antigua de la ciudad de Vich, principal centro de producción de esta casta.
Razas italianas. Son de talla mediana y color oscuro.
Castas de África del norte, de Egipto, etc. Los asnos de raza egipcia son blancos y sirven tanto para silla como para carga o tiro. Están también los híbridos, o sea las cruzas con Equus caballus. El resultado de esas cruzas son los mulares y burdéganos o caburros.
Los asnos domésticos realizan en todos los países del mundo, excepto en los de las zonas frías, los más rudos trabajos como bestias de carga.
No sólo por su laboriosidad se lo ha estimado a través de los siglos. En la antigua Grecia y en Roma, la carne del asno se reputaba como plato exquisito, según referencias de Herodoto, Aristófanes, Plinio y Estrabón.