El plumaje de algunas de estas aves, especialmente la garza real y la garceta común, es auténticamente espléndido. Contribuyen a embellecerlo más, si cabe, dos ligeros penachos de plumas que penden de su cabeza como cintas de adorno.
La garceta, que es más pequeña que la garza real, tiene el plumaje completamente blanco. Este ave, frecuente en las zonas pantanosas, suele ser perseguida por los cazadores, que utilizan todos los medios para capturarla. Contra los fusiles la garceta sólo puede oponer su rápido y alto vuelo, y contra los perros utiliza su fuerte pico, procurando herirles en los ojos con certeros picotazos. Todas las aves dotadas de patas largas solían agruparse antiguamente dentro del orden de las zancudas, pero hoy los ornitólogos ya no consideran válida esta clasificación, por comprender especies demasiado heterogéneas. Generalmente se acepta la subdivisión en tres grandes órdenes: los ciconiformes, de pico largo y cuello muy esbelto y flexible; los grulliformes, de distintos tamaños pero todos ellos excelentes andarines; y, finalmente, los carádridos, que comprenden numerosas especies, en gran parte marinas.