No es raro encontrar monumentos o estatuas dedicados a animales cercanos al hombre, como pueden ser caballos o perros. ¿Pero un monumento a un insecto dañino? Aunque sea difícil de creer, a principios del siglo XX se erigió uno, y por una muy buena razón.
Los ciudadanos de Enterprise, Alabama, dedicaron el primer monumento a un insecto el 11 de diciembre de 1919, «con profundo agradecimiento al gorgojo y lo que ha hecho como heraldo de la prosperidad». Debido a la destruccción causada por el gorgojo, los agricultores debieron diversificar sus cultivos, lo que significó triplicar sus ingresos respecto de los mejores obtenidos con el algodón.