Debido a que la mayoría de los dinosaurios eran tan grandes, es difícil imaginarlos como bebés o en sus etapas juveniles, ya que generalmente los visualizamos como enormes bestias adultas. Pero descubrimientos recientes nos han permitido armar un poco de su vida temprana. Sabemos que las madres dinosaurios ponían sus huevos en nidos huecos en el suelo.
En algunos casos, se han encontrado pequeños esqueletos de crías dentro de huevos fosilizados. En las colonias de nidos de dinosaurios pico de pato se han hallado esqueletos de crías ya nacidas. Sus dientes estaban desgastados, lo que indica que ya comían de lo que la madre dinosaurio llevaba al nido. Los bebés dinosaurios probablemente crecían rápidamente. En el caso de los saurópodos, que se movían en manadas, los jóvenes probablemente iba en medio, protegidos por los adultos en el exterior. Algunos dinosaurios, como los ceratopianos, cambiaban sus proporciones corporales a medida que crecían.