Información sobre la tortuga mordedora


El nombre de tortuga mordedora es muy apropiado para este quelonio de América, que requiere mucho cuidado al manejarlo. Un ejemplar que haya alcanzado pleno desarrollo fácilmente puede romper un lápiz en dos trozos o ma­gullar gravemente la mano del incauto. Se trata de animales de complexión robusta, cabeza grande y miembros retráctiles. La tortuga mordedora común po­see un caparazón de hasta 38 cm de longitud, pero es, en proporción, muy pesada y suele alcanzar un peso de hasta 23 kg. La cola mide aproximadamente la mitad de la longitud del caparazón, y presenta una hilera de escamas que forma una cresta en su cara surperior. Las patas son parcialmente palmeadas, y están provistas de fuertes uñas. La piel es verdosa, y el ca­parazón aparece con frecuencia cubierto de algas ver­des. El peto o plastrón, cara inferior de la concha, es de tamaño reducido y forma una cruz, entre cuyos bra­zos se alojan las extremidades del animal.

A la tortuga mordedora común se la encuentra en la mitad oriental de los Estados Unidos. La otra es­pecie, la tortuga aligátor, se halla restringida a este país, desde Illinois a Texas y, en dirección este, hasta Florida. La tortuga aligátor es una de las mayores entre las que viven en agua dulce, y suele alcanzar hasta 90 kg de peso, no habiéndose confirmado otros pesos (de hasta 180 kg) anunciados en alguna oca­sión. El caparazón de la tortuga aligátor alcanza hasta casi 1 m de longitud, y presenta prominentes quillas. A diferencia de la tortuga mordedora común, sus ojos están situados a cada lado de la cara.


Belicosas en ocasiones
Las tortugas mordeduras son más acuáticas que la mayoría de las que viven en agua dul­ce, y pasan casi todo el tiempo en ciénagas, ríos y lagos. Las tortugas aligátor son muy tranquilas y prefieren caminar por el fondo a nadar y, cuando se las molesta en el agua, no tienen otra idea que huir. Las tortugas mordedoras sólo son agresivas en tierra; la especie común, en particular, es capaz entonces de atacar al enemigo. Las tortugas mordedoras invernan, aunque a veces suelen verse na­dando en los lagos, por debajo del hielo, en pleno invierno.

La tortuga mordedora común busca activa­mente su comida, que consiste en plantas, ca­rroña, insectos, peces, ranas, patitos y ratas al­mizcladas jóvenes. Captura a la presa viva con un rápido impulso de la cabeza, cerrando las mandíbulas sobre aquélla y despedazándola luego con la boca y las garras. La afición a co­mer peces crea a menudo a las tortugas mor­dedoras conflictos con los pescadores y con los dueños de piscifactorías. La excesiva abundan­cia de tales tortugas en un estanque puede provocar merma de la fauna piscícola, aunque algunos estudios han demostrado que el efecto devastador que se les atribuye es, a menudo muy exagerado. No obstante, en muchos lugares las tortugas mordedoras son capturadas a causa de sus supuestas depredaciones o para ser convertidas en "sopa".