Podemos también encontrar religiones basadas en los gatos en las culturas pasadas o presentes de Tailandia, China, India y entre los Incas de América del Sur.
Puede ser difícil de creer, pero la Biblia no menciona a los gatos de cualquier tipo, ni siquiera una vez.
Sin embargo, una parte del Talmud escrita en torno al año 500 habla elocuentemente acerca de las cualidades admirables de los gatos, alentando a los creyentes a tener gatos "para ayudar a mantener sus casas limpias."
Félix el gato debe su nombre al de Felis catus, el nombre latino para el gato doméstico.