Todo empieza cuando el ganado bovino o porcino ingiere cigotos (óvulos fertilizados) de tenia junto con la hierba que le sirve de alimento. Las larvas permanecen en la carne de estos animales que, posteriormente, es consumida por el hombre.
La infección por tenia se adquiere al comer carne cruda o poco cocida de animales infectados. La larva se desarrolla en el intestino del ser humano (una tenia adulta puede llegar a medir más de diez metros) y puede llegar a producir diversos y severos daños a la salud.