Cauliodo (pez)


   Este pez de los grandes fondos marinos ofrece una visión espantosa a causa de sus largos dientes en forma de colmillos, ligeramente estriados en sus puntas. Mide de 15 a 25 cm de longitud, pero su esbeltez hace que parezca más largo; detrás de la pequeña cabeza, ostenta una poderosa mandíbula inferior. Las aletas, incluso la caudal, son también pequeñas, más las pec­torales que las pélvicas. Justamente por delante de la aleta caudal aparece otra, pequeña y adiposa, cuya contrapartida en la cara inferior la constituyen las dos pequeñas aletas anales, casi juntas. La aleta más prominente es la primera dorsal, sita justamente detrás del borde postenor de las aletas pectorales, que presenta una prolongación larga y filamentosa forma­da por el primer radio de la aleta. Esta prolongación mide aproximadamente la mitad de la longitud del tez y muestra un diminuto órgano luminoso en :u punta. Una doble hilera de órganos lumínicos dis­curre a lo largo de cada costado. Los cauliodos viven en los océanos, de 500 a 3.000 m de profundidad, entre las latitudes 60 grados norte y 40 grados sur.


¿Víbora o lucio de la profundidad?
Por lo general, los animales que viven en las grandes profundidades sólo pueden ser estu­diados cuando su cuerpo sin vida sube en las redes de pesca hasta la superficie. Afortunada­mente, no es éste el caso de los cauliodos, puesto que contamos con las observaciones de William Beebe (el primero en descender a las profundidades del océano), quien en 1934 vio a uno de ellos desde su batisfera. En su libro Half Mile Down, relata haber visto una hermo­sa quisquilla roja atacada por "un realmente espantoso" cauliodo que, tras sacudirla, la engulló entera. Habla también del estómago de este pez, que puede distenderse Considera­blemente como si fuera de goma. Su largo cuerpo, con las aletas segunda dorsal y anal situadas muy atrás, recuerda el del lucio de las aguas dulces, que se abalanza rápidamente sobre su presa, cogiéndola con su boca armada de terribles dientes. Por otra parte, el cauliodo dispone en la punta de un señuelo —el órga­no luminoso en la punta de su filamentosa espina dorsal —, presumiblemente utilizado para tentar a la presa que está a su alcance. Posee también otros 350 minúsculos órganos lumínicos en la bóveda palatina y en el borde inferior de los ojos. Deben atraer posiblemente a los crustáceos y pececillos que se encuen­tran a poca distancia, de manera que, cuando el cauliodo abre la boca para respirar, aquéllos son arrastrados a su interior por la corrien­te de agua que se crea. Así, el cauliodo se ali­menta al tiempo que respira, por lo menos en cuanto a las presas pequeñas se refiere.