Los antílopes africanos
Si el lector visitase el Museo de Historia Natural de alguna de estas cinco ciudades: París, Viena, Estocolmo, Leiden o Upsala, podría admirar los restos embalsamados de un animal hermosísimo, completamente extinguido en la actualidad: se trata del "antílope azul". Era un animal gigantesco en su género: medía un metro sesenta hasta la cruz y tenía cuernos imponentes; pero lo que más llamaba la atención en su aspecto era el color del pelo, de un vivo azul grisáceo.
Hace un par de siglos estaba muy difundido en la parte meridional del continente africano. Más tarde llegó allí el "hombre blanco", quien comenzó a colonizar las tierras; pero para la fauna del lugar, desde ese momento, comenzaron los desastres. Una caza despiadada llevó a la extinción de esa especie. Parece que el último ejemplar fue derribado en 1799. Hoy día, sólo en las cinco ciudades citadas es posible admirar los restos de este animal. A pesar de esta pérdida, otras especies de antílopes continúan habitando en las praderas del continente negro. No sólo eso, sino que son tan numerosas y de arpéete tan variado que los zoólogos siempre se han visto en dificultades para clasificarlas.