¿Cómo capturan las focas los esquimales?

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La actividad a la que más se dedican los esquimales es la caza de las focas.
En verano practican esta caza utili­zando toda una serie de estratage­mas: el esquimal se camufla de fo­ca y permanece largas horas inmó­vil, esperando que se acerquen los animales, o bien se arrastra, si­guiendo la dirección contraria al viento, hasta el lugar en el que las focas toman apaciblemente el sol. Los métodos de caza más singula­res son, sin embargo, aquellos que suelen poner en práctica durante el invierno. Cuando hace mal tiempo, las focas viven en el agua, por deba­jo de la capa de hielo. Pero, a cada siete u ocho minutos tienen que sa­lir a la superficie para respirar, para lo cual abren unos agujeros en la corteza de hielo.
La habilidad del cazador consiste en descubrir los agujeros abiertos por las focas y ocultos bajo montículos de nieve, y en permanecer inmóvil largo rato a la espera de que el ani­mal asome el hocico. Aprovecha ese instante para clavarle su arpón, pero debe procurar que la presa no se le escape deslizándose de nuevo bajo el hielo. El esquimal aprovecha to­das las partes de la foca: la piel, la carne y los huesos. Con las aletas vaciadas del animal confecciona, por ejemplo, unas útiles cantimplo­ras. Y, para evitar que durante los viajes se hiele el agua que introdu­ce en ellas, el cazador las lleva col­gadas sobre el pecho, por debajo de la chaqueta.