Mosquitos que transmiten enfermedades

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Especies de Mosquitos Trasmisoras de Enfermedades
Son varias las especies de anofeles que en la América Latina son vectores de paludismo o malaria. Un anofeles tiene puntos negros sobre las alas, y cuando se posa lo hace co­locándose oblicuamente al soporte, con la ca­beza dirigida hacia éste y el extremo del ab­domen hacia arriba así como las dos patas posteriores. Los mosquitos que en la América Latina son vectores de la fiebre amarilla per­tenecen a los géneros Aedes y Haemagogus. Los Aedes tienen anillos blancos alrededor de las patas y estrías, también blancas, a través del dorso. Cuando se posan la trompa forma ángulo con el resto del cuerpo. Son mosquitos urbanos, es decir, vectores de la fiebre ama­rilla en las ciudades. Los Haemagogus, en cambio, son mosquitos selváticos y a ellos se deben las epidemias silvestres de fiebre amari­lla. Se los llama también mosquitos azules, porque tienen el cuerpo cubierto de escamas metálicas de color azul.

   Solamente las hembras de los mosquitos se alimentan de sangre, y también frecuentemen­te se alimentan de jugos vegetales, como los machos. La trompa de un mosquito hembra tiene algunos órganos perforantes que se dis­ponen alrededor del tubo succionador. Cuan­do pican inyectan un líquido tóxico que es el productor de la comezón y de las irritaciones provocadas por la picadura.
   Después de haber picado, el zumbido del mosquito es aun más molesto, pero es muy im­portante en la vida de estos insectos, porque es una especie de llamada para la unión sexual. El de los machos es un zumbido profundo y bajo, que produce éste por una rapidísima vi­bración de las alas, en tanto que el de la hembra es más agudo.

   Los mosquitos se encuentran en todo el mun­do. Algunas especies son escasas en todas partes, en tanto que otras solamente se en­cuentran en ciertas regiones. Indiscutible­mente, muchas especies han sido trasportadas desde largas distancias al introducirse indi­viduos de las mismas en vagones de ferroca­rril, en buques y, recientemente, hasta en aeroplanos. Así, en Brasil apareció en 1930, en los estados del NO., en Río Grande del Norte y Ceara, el Anopheles gambiae, una especie que es trasmisora de un paludismo muy grave en África. Este mosquito fue trasportado casi con seguridad en los aviones que efectuaban el recorrido Dakar-Natal, establecido poco antes, y obligó al Brasil a efectuar una se­vera y onerosa campaña para impedir que se propagara la enfermedad. Esta quedó erradica­da por completo en 1943.