Tejón

Universo animal | tejón | mamíferos | Viajando por las praderas y llanuras de America del Norte y México, es seguro encon­trar muchas madrigueras de tejón. Pero a menos que nos favorezca la suer­te, nunca veremos a este tímido y precavido ani­mal, que rara vez sale de su madriguera, excepto de noche. Cuando el tejón teme algún peligro, la mayor parte de las veces, se aga­zapa contra el suelo como una tortuga; su pelo lar­go, gris sedoso, distribui­do a uno y otro lado del dorso, se extiende sobre la hierba, lo cual contribuye a que se le confunda con una piedra o con un sa­liente del terreno. Su pelo colgante suele ocultar sus patas, que son muy cor­tas, por lo que cuando camina, parece que avanza como una oruga, apoyándose sobre el vientre. La cabeza del tejón es ancha y aparece adornada con fajas ne­gras. Su cola es corta y ancha, y se arrastra sobre el suelo. Hay que temerle cuando está acorralado; es valiente, se defiende encarnizadamente y no re­huye luchar incluso con un grupo de gatos salvajes. Un solo tejón puede hacer frente con frecuencia a varios perros; de aquí, nació la cruel diversión del acoso del tejón, que en otros tiempos, era corriente en Europa y en las llanuras de América del Norte. Están sus mandíbulas tan fuertemente articuladas, que es prácticamente imposible dislocarlas, por lo cual, puede conservar asida su presa con gran tena­cidad. Despide mal olor a causa de dos glándulas situadas en la parte terminal del recto, que produ­cen un líquido nauseabundo. No llega, sin embargo, el olor del tejón a ser tan desagradable como el del zorrillo.

   El tejón es animal decidido, aunque por su tor­peza, no pueda, para evitar el peligro, trepar a los árboles, ni tampoco nadar o correr rápidamente. Y sin embargo, sobrevive, por su agudeza y astucia, su valor, sus robustos músculos y su habilidad para, en caso de peligro, excavar la tierra y enterrarse en ella. Si se sorprende al tejón fuera de su madriguera, en cuanto se intente aproximarse a él, meterá las patas y cabeza debajo del cuerpo, impulsado por la esperanza de pasar inadvertido, y en esta postu­ra, presentará la apariencia de un montón de male­za; pero si se sigue avanzando, entrará en acción y comenzará a excavar furiosamente, lanzando al aire un verdadero surtidor de tierra, y si el terreno es lo bastante blando, desaparecerá de la vista en un ins­tante. Si nos acercamos mucho sin darle tiempo al tejón para ocultarse, el decidido animal se volverá y nos hará frente para luchar, silbando y gruñendo.

   Los tejones de Europa son de otra especie; se los encuentra también en Asia. Su cabeza se aguza hacia el hocico; sus patas cortas, gruesas y robus­tas, están armadas con garras largas que el ani­mal emplea para excavar y para defenderse. Su es­pesa capa de pelo es muy buscada, porque se em­plea en la fabricación de pinceles finos para pin­tar al óleo y brochas de afeitar. Su piel se utili­za también en peletería. El tejón de América proce­de de las tierras orienta­les de este continente y muestra gran predilección por las praderas abiertas. Aproximadamente, tienen todos 60 centímetros de longitud y son de color grisáceo, con bandas irregulares blancas sobre la parte posterior; en el vientre, el pelo es blanqueci­no. El hocico y los lados de la cara son blancos, con una raya del mismo color que recorre la frente des­de la nariz. Al lado de cada ojo, tienen una mancha también blanca, lo que da a la cara de este animal una apariencia de clown. Los pies y las patas son negros. Con sus fuertes garras, el tejón deshace las cuevas de los perros o perrillos de las praderas, de las ardillas de tierra, de los topos y de las ratas y ratones de campo, etc., de los cuales, se alimenta. También devora toda suerte de avecillas, ranas, pe­queños reptiles, saltamontes y otros insectos.
Las crías nacen al final de primavera. Cada ca­rnada consta de cuatro o cinco tejoncillos. Cuando ya se pueden valer por sí mismos, los jóvenes salen de noche con sus padres para hacer de las suyas y cazar a los animales de que se alimentan. Suelen in­vernar en los climas fríos, pero allí donde los invier­nos siempre son templados, permanecen durante todo el año en actividad. Pertenecen a la numerosa familia de los mustélidos, en la que se incluyen tam­bién el skunk, la nutria, el visón, la marta, la gardu­ña, etc. Corresponden al grupo de los carnívoros. El nombre científico del tejón americano, llamado en México tlalcoyote o puerco juin, es la Taxidea taxus; el europeo es el Meles meles.




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