Serpientes venenosas de América del Norte

Universo animal | serpientes | En América del Norte, las únicas serpientes venenosas que presentan verdadero peligro son las de cascabel, las mo­casinas de agua, las de cabeza de cobre y las coralillo. Las primeras tres serpientes pertenecen a la familia de las "víboras de foseta". Como todas las demás víboras, tienen colmillos que se doblan contra el paladar. Se les llama "víboras de foseta" porque tienen dos pequeñas fosas en el hocico, entre los ojos y las ventanas nasales y un poco más abajo de estas últimas. En esos hoyos hay nervios muy delicados que sienten el ca­lor, hasta el de los animales, a corta distancia. La facultad de sentir ese calor ayuda a las víboras de foseta a dirigir su latigazo con exactitud.
   La otra clase de serpiente venenosa que hay en América es la coralillo. No es víbora porque sus colmillos están suje­tos rígidamente a la mandíbula superior y no son retráctiles.
   Las crías de serpientes de cascabel, las de cabeza de cobre y las mocasinas nacen vivas. Las coralillo ponen huevos.
   Las serpientes cabeza de cobre tienen un aspecto intere­sante; la cabeza de un rojo cobrizo, escamas de un pardo cla­ro y bandas tranversales color castaño, en forma de reloj de arena. Casi siempre habitan lugares rocosos o boscosos, pe­ro algunas veces vagan también por las praderas húmedas. Se alimentan de ratones, pájaros, ranas, lagartijas, insectos, y de otras serpientes.
   En las regiones en que abundan las serpientes cabeza de cobre se debe tener la precaución de no remover troncos o piedras con las manos desnudas.
   Las serpientes mocasinas de agua varían en tamaño entre uno y dos metros y tienen un color parduzco oscuro, o casi negro, cuan­do han alcanzado su mayor desarrollo. Las mocasinas jóve­nes son de color pardo rojizo, con manchas más oscuras. Se asemejan un poco a las de cabeza de cobra. A las serpientes mocasinas les gusta el agua y por eso siempre viven cerca de ella. Se alimentan casi exclusivamente de peces y ranas, aunque tam­bién comen pájaros, conejillos, ratas pequeñas y otros animalitos. Las mocasinas se extienden por las ramas, sobre el agua, para asolearse. Con frecuencia, hacen frente a sus ene­migos. Echan la cabeza hacia atrás, abren las fauces y mues­tran el paladar blanco. Por eso mucha gente les llama serpientes "bocas de algodón" o "bostezadoras".
   Quien se tope con una mocasina debe tener precaución. Conviene saber distinguirlas.
   La serpiente coralillo, emparentada con las cobras de Asia y Áfri­ca, es una de las culebras americanas más venenosas. Pero se ve con mucho menos frecuencia que cualquiera otra de las ponzoñosas. Es una serpiente de madriguera que pasa casi to­do el tiempo bajo tierra. En cierta forma, la coralillo es me­nos peligrosa que otras víboras de foseta. Sus colmillos son cortos, por lo que generalmente no alcanzan a traspasar la ropa ordinaria, como lo logran con frecuencia otras víboras. Las coralillo se alimentan de lagartijas y de otras serpientes. Su cuerpo y su cabeza son redondos y tienen en todo el cuer­po bandas transversales de colores rojo, negro y amarillo.