Sexos cambiantes en el mundo de las lapas

Universo animal | moluscos | lapas |  La mayoría de las lapas inician su vida siendo machos y permanecen así hasta que miden poco más de 2,5 cm de largo. Entonces empie­zan a invertir su sexo, y por tanto, según aumenta la edad de la colonia, se incrementa la proporción de hembras. Esto se acentúa en el caso de la lapa de zapatilla o seba (Crepidula formicata), originaria de Norteamérica; llegó a Inglaterra en 1880, y se extendió por Europa (España incluida), constituyendo una plaga de los bancos de ostras. No guarda parentesco con la lapa común, y, cuando se le da la vuelta, su concha parece una zapatilla re­dondeada. Esta especie forma cadenas de 8 a 9 individuos, unos encima de otros. Las de la parte inferior son hembras; las de la superior, más jóvenes, machos; las de en medio son de sexo intermedio. Se cree que las hembras vier­ten una sustancia en el agua que hace que las lapas jóvenes permanezcan cerca y desarrollen caracteres masculinos. Pero quizá más tarde los machos jóvenes se alejen y se conviertan en hembras, y los individuos que aún no han alcanzado la madurez sexual, que se acomo­dan sobre una roca y no sobre hembras, pue­den a su vez volverse hembras con una fase masculina corta o sin ella. Las lapas de zapa­tilla no se mueven en busca de alimento, sino que lo filtran del agua.