Un pez que cambia de sexo

El cambio de sexo en la lubina
   En la familia serránidos, a la que pertenecen las lubinas, existe una gradación casi completa entre especies con separación normal de los sexos y especies con inversión sexual. Entre estas dos condiciones se halla el hermafroditis­mo. Un organismo es hermafrodita si en él se encuentran presentes órganos reproductores masculinos y femeninos. En el hermafroditismo completo ambos órganos se encuentran en pleno funcionamiento, existiendo unas cuantas especies de animales de los que se sabe o se su­pone que se autofecundan. Del pez de arena fajado se sospecha que es capaz de autofecundarse.
   El hermafroditismo, normal en la mayoría de las plantas y muchos invertebrados inferio­res, es excepcional entre los superiores, como los insectos y arañas. Es escaso en los peces, y en el resto de los vertebrados extremadamente raro, e incluso cuando se presenta, predomina un sexo.
   El término inversión sexual se utiliza para designar el cambio que sufre un animal que es macho o hembra, al principio, y luego adopta el sexo opuesto. Así ocurre con la lubina negra. El cambio de sexo es más corriente entre los invertebrados, y va haciéndose raro conforme se asciende en la escala animal. Puede darse de manera normal, como en el último pez citado, pero generalmente en los vertebrados consti­tuye casos anormales. Un ejemplo muy conocido es el de la gallina a la que le crecen ca­rúnculas y empieza a cantar como un gallo, aunque ponga todavía un huevo de vez en cuando.