El mundo de los primates

Los monos, simios y los humanos corres­ponden a especies antropoides. Los simios están más relacionados con los humanos que con los monos, pues ambos grupos compar­ten características morfológicas y, probable­mente, presentan un ancestro más cercano. Por esto, humanos y simios son agrupados en una misma familia: Hominoidea.

  • Los biólogos han descrito los eventos importantes en la evolución de los primates:
  • Los primates adquirieron un mayor desarrollo del sentido de la visión nocturna y una disminución en el sentido del olfato.
  • El esqueleto de los primates experimen­tó una modificación hacia una postura erecta, lo que dejó libres las manos para otras activi­ dades, diferentes al desplazamiento.
  • Los primates desarrollaron la capacidad de realizar finos movimientos, primero gracias a la modificación de la estructura de huesos, tendones y músculos.
  • Su dentadura se especializó en una dieta omnívora; pasaron de alimentarse de insectos a consumir hojas, frutas y carne.
El desarrollo alcan­zado por el cerebro posibilita la aparición de conductas más com­plejas.
Los primates se caracterizan, además, por su gran desarro­llo de las conductas sociales. En muchas especies, los padres invierten mucho tiempo y esfuerzo en el cuida­do de las crías.
Esto implica no solo protección frente a depredadores, sino también el traspaso de información obtenida a través del contacto con el medio. Los ances­tros de nuestra especie, Homo sapiens, pro­bablemente desarrollaron complejas conduc­tas sociales que generaron fuertes relaciones de interdependencia.
Esto, unido a características estructu­rales y neurológicas de nuestros ancestros homínidos, potenció el enorme desarrollo de la mayor herramienta del ser humano: el lenguaje.