Algunos animales que habitan las zonas boscosas comen plantas durante los meses cálidos. Cuando llega el invierno, estas plantas desaparecen o la nieve las cubre, lo que causa que los animales no tengan nada que comer. Pero la naturaleza les ha proporcionado una forma de sobrevivir al frío invierno, y es la hibernación, de la palabra latina que significa "invierno".
Todos los animales que hibernan comen mucho más de lo que necesitan durante el verano, y este exceso de alimento se almacena como grasa. Luego, cuando llega el tiempo de frío, los animales buscan un agujero o pequeña guarida donde dormir.
Sus latidos del corazón y su respiración aminoran su velocidad, y su temperatura corporal baja bruscamente. En este estado, los animales necesitan muy poca comida. Pueden obtener el alimento que requieren de la grasa que acumularon en su cuerpo, y no tienen necesidad de comer una sola cosa mientras duran los meses de invierno.
La tuza, la marmota, la ardilla, algunos murciélagos, y muchos roedores y hibernan durante el invierno. Sin embargo, otros animales, como los osos, se retiran a sus madrigueras cuando llega el frío, pero realmente no hibernan. Estos animales duermen mucho más de lo usual en invierno, pero se despiertan con facilidad si son molestados o simplemente para cerciorarse de vez en cuando, si ya llegó la primavera.
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