Las cigarras de diecisiete años
Ponen sus huevos en resquicios de las ramas de los árboles, y las ninfas caen a tierra después de salir del huevo algunas semanas más tarde. Cavan con sus anchas y poderosas patas delanteras, y desaparecen rápidamente bajo tierra. Después de un período variable de alimentación, las ninfas abren de nuevo el camino a la superficie y suben a los árboles, en donde se fijan. La piel se desgarra y aparece el insecto adulto, que es alado. En algunas especies las ninfas construyen unos conos protectores o chimeneas de tierra que se elevan varios centímetros, en los cuales permanecen antes de la transformación final. La ninfa de la especie norteamericana Magicicada septendecim pasa no menos de diecisiete años bajo tierra en el curso de su desarrollo. De ahí su nombre de cigarra de diecisiete años. Esto no significa que aparezcan en una localidad sólo cada diecisiete años, puesto que en un área determinada pueden existir crías en diferentes estadios de desarrollo, y la aparición de los adultos de esta especie suele producirse a intervalos irregulares dentro del ciclo de diecisiete años. El período de puesta ha sido también seguido, mediante la observación de ninfas en cautividad.