A pesar de que las águilas calvas son cazadoras capaces, prefieren buscar una comida gratis.
Las águilas calvas son cleptoparásitos, o comedores oportunistas. No dudan en robar lo que capturaron otros animales, como coyotes y águilas jóvenes con menos experiencia, que hacen el trabajo sucio.
Su segunda opción a la hora de conseguir comida es la de actuar como carroñeros. Una de sus especialidades son los restos de pescado que dejan atrás los osos pardos.
Si no pueden robar o carroñar, las águilas recurrirán a la caza real.
El águila calva es una buena cazadora cuando tiene que serlo, e incluso se le ha visto trabajando en coordinación con otras águilas para atrapar peces.