Al mirlo acuático le gusta vivir a lo largo de los torrentes de montaña. Su observatorio preferido es una roca lamida por la corriente, desde la que pueda vigilar el agua con disimulo y silbando alegremente.
Cuando el mirlo acuático descubre un insecto, un molusco o un alevín, se zambulle bajo el agua y corre por el fondo hasta apresarlo. Cualquier pájaro que hiciera lo propio se ahogaría en pocos minutos. Pero el cuerpo de este mirlo está concebido para convertir a su dueño en un excelente buzo.
En cuanto se sumerge, dos membranas le cubren los orificios nasales y entra en funcionamiento un sistema de calefacción especial, que mantiene su cuerpo a una temperatura constante. El plumaje del mirlo acuático es impermeable y la reforzada córnea completan su atuendo de buzo. La soltura con que pasea por el fondo de las corrientes de agua depende también de su capacidad de aprovechamiento de la corriente.
El mirlo acuático es capaz de atravesar sin problemas saltos y cascadas. Cuando la corriente es impetuosa, abre y cierra sus pequeñas alas, al tiempo que mueve la cola como si fuera un timón.
Mirlos acuáticos
.