Universo animal | peces | Los pececillos rojos están entre los animales de cría más extendidos en nuestros hogares. Criarlos no es difícil. Basta tener en cuenta algunas normas sencillas. El primer peligro grave que corre el pececillo rojo se refiere al traslado hasta la casa. Nunca debería llevársele en poca agua ni metidos, como suele hacerse, en esas nefastas bolsas de plástico. No obstante, si un vendedor poco escrupuloso lo entrega así al comprador, es necesario que el pez permanezca el menor tiempo posible en tan incómoda prisión, donde corre el peligro de morir por asfixia. El segundo peligro se refiere al agua de la pecera. Si acaba de salir del grifo contendrá cloro (venenoso para el pez) y estará demasiado fría, razón por la cual el pequeño huésped corre el riesgo de sufrir un accidente y morir al poco tiempo. El tercer y último peligro está representado por la alimentación, que casi siempre es equivocada. Los peces rojos no necesitan mucha comida, pero hay que elegir bien su alimentación. No hay que darles jamás migas de pan, sino la comida especial que se vende en las tiendas de animales, y muy poca cada vez. Ocasionalmente también se les debe dar un poquito de carne cruda finamente triturada, o bien virutas de bistec, que pueden obtenerse por medio de un cuchillo. Cuanto mayor sea la pecera, tanto mejor se encontrará el pececillo. Los recipientes ideales son los acuarios, pero sirve asimismo cualquier tipo de pecera que permita una cierta movilidad al pececillo.