Los tigres machos son más intolerantes con otros machos dentro de su territorio que las hembras lo son de otras hembras, y los conflictos territoriales se resuelven por muestras intimidatorias en lugar de una lucha real.
Una vez que el dominio ha sido establecido, un macho puede tolerar a otro tigre subordinado, siempre y cuando no vivan demasiado cerca uno del otro.
Y sí, los seres humanos pueden oler el pis de tigre, y hasta cierto punto es un olor muy familiar.
Si estás caminando en la selva, y de repente te llega la sensación de que vas entrando a una sala de cine, ten cuidado.
De acuerdo con la gente que sabe, los árboles marcados por los tigres curiosamente huelen a palomitas de maíz con mantequilla.
Cada tigre tiene un patrón de rayas tan diferentes e individuales como las huellas dactilares de una persona.