A diferencia de muchas otras aves, el búho tiene los ojos en la parte delantera de su cabeza en lugar de a los lados.
Si bien esto le permite al búho una excelente percepción de profundidad para la caza, al mismo tiempo hace que sea difícil para él ver a sus espaldas y a los lados de su cuerpo como las otras aves.
Para compensar esto, la lechuza nació con la capacidad de girar la cabeza y así echar un vistazo a las cosas que están sucediendo a su alrededor.
Su cabeza no puede girar 360 grados, como quizás algunas personas creen. Sin embargo, puede girarla 180 grados en cualquier dirección, permitiendo que alcance a divisar toda el área a su alrededor sin tener que girar todo el cuerpo en el proceso.