Los cerdos no tienen glándulas sudoríparas funcionales, y es esa una gran razón por la que les gusta el lodo. Una de las formas que los cerdos tienen para mantenerse frescos es revolcarse en el barro cuando hace calor.
Los cerdos también utilizan el barro como una forma de protección solar para aislar su delicada piel rosada y sus orejas del sol abrasador. El lodo se seca en la piel, formando una barrera contra los rayos ultravioleta, ayudándoles a prevenir las quemaduras solares. El barro también proporciona protección contra las moscas y los parásitos de los cerdos.
Los cerdos han ganado una reputación de ser animales sucios, como resultado de revolcarse en el fango, pero en realidad son animales muy limpios. De hecho, y si las condiciones fueran las ideales, los cerdos probablemente no gastarían tiempo rodando en el lodo en absoluto.