Las mordeduras de un armadillo no son realmente dolorosas, tampoco son venenosas, por lo que no hay necesidad de un viaje al hospital.
Los dientes del armadillo se encuentran en la parte posterior de la boca, por lo que morder no es parte de su estrategia de defensa propia. Esto es bueno, ya que es uno de los pocos animales que además de los humanos pueden contraer la lepra. Los armadillos son particularmente susceptibles a la enfermedad debido a su temperatura corporal anormalmente baja, por lo que la bacteria de la lepra prospera en ellos.
Los armadillos son animales solitarios que no comparten sus madrigueras con otros adultos.