Sólo los osos que comen más vegetales que carne, como el oso pardo y el negro duermen durante la mayor parte del invierno, cuando se dice que hibernan. Sus alimentos principales escasean o quedan enterrados bajo nieve durante el invierno, así que es un buen momento para buscar refugio y vivir de su grasa de tres a siete meses.
Los osos polares, por el contrario, se alimentan principalmente de la carne y grasa de focas, de manera que permanecen activos y, de hecho aumentan de peso durante el invierno.
Por cierto, todavía hay una cierta controversia sobre si los osos hibernan realmente, o si, simplemente, se sumergen en un sueño profundo.
Los científicos, por un lado dicen que no lo hacen porque la temperatura de hibernación del cuerpo de un oso disminuye sólo un poco y porque puede ser fácilmente despertado.
Otros científicos señalan que la tasa del corazón de un oso se reduce a menos de la mitad de su ritmo normal e insisten en que la alta temperatura del cuerpo es el resultado del magnífico aislamiento que posee éste.