Los crótalos tienen dos pequeños agujeros, llamados pozos, justo detrás de su nariz. Estos hoyos parecen por sí mismos una nariz, pero en realidad son órganos sensoriales sensibles al calor.
Un crótalo sabe cuando otro animal, presa o enemigo está cerca, porque su boca siente el calor desprendido por la otra criatura. Trabajando como un sistema de radar, los órganos de detección le dicen a la serpiente lo cerca que está el otro animal, cuan grande es, y en qué dirección se está moviendo.
Este órgano en la serpiente puede sentir el calor a una considerable distancia - ¡y funciona igual de bien en la total oscuridad!