El pterodáctilo volaba por medio de alas de piel fina que se extendían entre sus patas traseras y un dedo muy largo de cada extremidad anterior.
Algunos de estos reptiles voladores tenían apenas el tamaño de un canario o un gorrión, pero otros eran enormes.
Se han encontrado huesos de un pterodáctilo con una cabeza de 1,20 m de largo y una envergadura de 5,5 metros. Esta criatura fue probablemente el animal más grande que jamás haya volado.
Pero la pregunta sigue, ¿hubo dinosaurios voladores? Los científicos dicen que sí, e incluso aseguran, que tales animales aún sobreviven entre nosotros, ¡las aves!
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