Las ranas son excepcionalmente voraces. Atrapan y engullen todo lo que se mueve a su alrededor: insectos, caracoles, arañas.....
Su coloración mimética la disimula, en la vegetación lacustre entre la que permanece inmóvil, expectante, vigilándolo todo con sus grandes ojos saltones y movibles. Cuando tiene "a tiro" una presa, la atrapa con su certero lengüetazo. Para ello dispara su lengua volviéndola hacia afuera, pues se encuentra fija en la parte anterior, sobre el borde de la mandíbula, y libre su extremo posterior.
Además de esta posición invertida do su lengua, con respecto a la de los otros vertebrados, tiene la particularidad de ser viscosa, por lo que la presa no tiene posibilidad de liberarse, una vez atrapada.