Lejos de las profundidades de los océanos tropicales, las tortugas verdes, van a poner sus huevos en la tierra. Cada tortuga madre sube lentamente la píaya, cava en la arena un agujero para el nido, y pone los huevos. Entonces, sin esperar a ver su descendencia, vuelve a su vida solitaria en el océano.
A medida que las crías rompen sus huevos, deben correr a la seguridad del mar, para poder sobrevivir. La mayor parte de las pequeñas tortugas nunca llegan al mar. Pueden ser atrapadas por atacantes hambrientos, como las aves marinas y los lagartos, que se encuentran esperándolas.