Podría decirse que el caracal, un felino, presenta el típico color del desierto. Es un hecho, con pocas excepciones, que los mamíferos que habitan en desiertos y semidesiertos tienen colores que varían entre el ante pálido y el tostado o rojo de arena. Puede concluirse, pues, que estas tonalidades armonizan con el color del suelo y y representan para el animal un disfraz protector. Sin embargo, otros linces que habitan en los bosques del norte de Europa y América presentan una coloración similar. Es verdad que algunos caracales son manchados, como el lince ibérico, pero la mayoría son de color liso.
En lo que al caracal se refiere, el color del pelo debe tener poco valor de encubrimiento, ya que el animal es nocturno. Por otra parte, no sólo los animales terrestres presentan tonos arenosos en el desierto. Las ocho especies de murciélagos que habitan en el Sahara, y que( pasan el día en cuevas o en profundas hendiduras rocosas, tienen todos el pelaje del color de la arena sobre la que vuelan. ¿Reside pues en la temperatura, la humedad o algún otro factor, la causa de tales coloraciones? Todavía se ignora. Pero es de interés aludir al murciélago ibérico común, cuya distribución geográfica se extiende muy al sur del Mediterráneo ( En Europa este murciélago es pardoscuro. En las montañas de Argelia es pardoliváceo, pero los que habitan en el Sahara son de color arena; las tres formas pertenecen a la misma especie. Esto indica que el color puede relacionarse con las condiciones climáticas. Al introducir ganado vacuno en estas regiones puede comprobarse que las estirpes de color claro de la raza Jersey, resisten mejor las condiciones tropicales que las estirpes de pelaje oscuro.