Particularidades de las ranas
EL común de la gente conoce por lo menos el aspecto de la rana, debido a que, entre todos los huéspedes de los charcos y zanjas, es el que está más generalizado. En su ambiente, se lo ve y se lo oye con harta frecuencia.
Lo que se conoce poco o nada son los pormenores de su conformación y de su biología, de sus transformaciones, adaptaciones y costumbres.
Se aclara que se hace referencia a todos aquellos batracios (del griego "batrakos", rana), tan diferentes no sólo en tamaño (1 cm. en la rana grillo — Acris gryllus—, y 35 cm. en la rana Goliat) sino también en coloración, hábitos y características morfológicas.
Un aspecto igualitario para todo tipo de ranas, desde las diminutas y miméticas arborícolas (Hyla, sp.), hasta los gigantes de los charcos, es su condición de voraces insectívoras, por lo que merecen la protección del hombre, como benefactoras valiosísimas de la agricultura.
PARTICULARIDADES DE ESTE ANFIBIO
APTITUD PARA EL SALTO
La rana es un vertebrado tetrápodo (del griego "tetra", cuatro, y "podes", pies). Los cuatro miembros, dos anteriores y dos posteriores, están singularmente adaptados para su especial género de vida. Los anteriores, cortos y fuertes, terminan en cuatro dedos libres (sin membrana interdigital) y le sirven a, la rana, para amortiguar el golpe a la caída del salto. Los miembros posteriores son, en cambio, largos y vigorosos. Terminan en cinco dedos muy desarrollados, unidos por membranas que hacen de la pata un propulsor útil para la natación.
En tierra pliega las extremidades posteriores y, cuando las distiende, da saltos de una longitud diez veces mayor que la de su cuerpo.
POR QUÉ LA RANA VIVE EN SITIOS HÚMEDOS
Dijimos que es vital para la rana conservar permeable la epidermis, a fin de hacer factible el intercambio gaseoso. Al mismo tiempo, depende de esa humedad el funcionamiento de las innumerables glándulas que secretan el mucílago que contribuye a dar a la piel su contextura flexible y viscosa.
VIDA INVERNAL
La rana es un vertebrado pecilotermo (o poiquilotermo), es decir, de temperatura variable (vulgarmente se dice de sangre fría). Como carece de medios para proteger su propio calor (mecanismos termorreguladores), cuando la temperatura ambiente es baja, en la estación invernal, la rana reduce al mínimo las manifestaciones vitales, y se aletarga en cuevas bien protegidas o en el lodo. Respira a través de la piel y mantiene su vida latente con las reservas acumuladas.