Los tiranos presentan casi la misma diversidad de costumbres de nidificación que de alimentación. Los nidos pueden estar abiertos o provistos de techo, en el suelo o entre dos ramas, ocultos o visibles. Algunos tiranos ocupan nidos abandonados por los pájaros carpinteros, otros usurpan las construcciones de barro de los horneros, y los hay que anidan cerca de las avispas, pues la agresividad de éstas les brinda protección. La mayoría de las especies, no obstante, construyen nidos en forma de copa a base de hierba y ramitas en las ramas de los árboles.
Los huevos del tirano varían de un blanco puro a un blanco salpicado de manchas y rayas, y su número varía entre 2 en las zonas tropicales a 4 en latitudes más elevadas. Ambos progenitores construyen el nido, pero sólo la hembra atiende a la incubación. La duración de ésa así como el tiempo de aprendizaje del vuelo varían también, y suelen ser de 14 a 18 y de 13 a 14 días, respectivamente, aunque la incubación puede durar de 19 a 23 días y el entrenamiento de 21 a 25. Ambos padres alimentan a las crías y pueden darse dos o más nidadas al año, especialmente en las zona tropicales.