Los caballos usados por la policía son un método relativamente pacífico para mantener la ley y el orden desde el siglo XVII. Todavía son utilizados por muchas fuerzas policiales, pero no están tan extendidos como en el pasado debido al aumento del uso de coches y motocicletas. Sin embargo, un oficial a caballo es todavía una visión común en muchas partes del mundo y es útil, particularmente en áreas con mucha gente: generalmente los oficiales de la policía montada pueden ver a larga distancia y pueden ser vistos fácilmente por otros. También ayudan a mantener el orden, ya que inspiran respeto y un sentido de autoridad. Los caballos que se utilizan para este trabajo tienden a ser castrados ya que esto los hace más estables.
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