En las profundidades del océano, tan negras como la tinta, entre uno y varios kilómetros de profundidad, viven algunas criaturas extrañas que llevan sus propias lámparas y con ellas sus cebos. Por ejemplo, en las profundidades nos podemos encontrar con un calamar luminoso; una hembra del pejesapo con dos cebos luminosos; un pez estomiatoide con un cebo brillante y largo; un pez delgado muy brillante, y otro pez estomiatoide con lámparas como focos de casa.
¿Por qué muchos de estos peces tienen cebos que brillan intensamente? La respuesta es que ellos los necesitan para atraer la atención de criaturas pequeñas, que confunden los cebos con sus presas luminosas aún más pequeñas. Los peces tienen bocas grandes, porque ¡sus alimentos se les acercan tan raramente que no pueden arriesgarse a perderlos!