Los cazadores afirman que ningún otro animal puede ponerse en movimiento con mayor rapidez que el impala. Cuando un rebaño de impalas está pastando tranquilamente, el cazador que logra acercarse hasta ellos los ve alejarse en un instante dando grandes y elegantes saltos.
Solamente en África se encuentran impalas en estado salvaje; pero en otros países los tienen en los parques zoológicos. Es difícil cazarlos vivos, porque son capaces de saltar sobre cualquier red que se prepare para atraparlos. Si esto se logra, se tienen dificultades al embarcarlos, porque sus patas son tan delgadas que se les rompen fácilmente, y una vez que llegan a los parques zoológicos, cuesta trabajo tenerlos encerrados, porque casi no hay cercado sobre el que no puedan saltar.