El caracal cazador de aves

Un felino que juega a bolos con las palomas
El caracal rehuye los bosques y prefiere vivir en terrenos abiertos, entre matorrales, en los pastizales o en territorios montañosos con abundantes roquedos. Es ágil y hábil en el salto, por lo que puede abatir aves en vuelo, y trepa por las vallas que protegen los galli­neros de los chacales. Es esencialmente noc­turno, de manera que se sabe poco de sus cos­tumbres. En tiempo frío o nuboso se le ha visto cazar de día.

   El caracal tiene una mala reputación de carnicero, pero puede domesticarse con facili­dad, y en la India se utilizaba en las cacerías deportivas. Un juego muy popular consistía en soltar un par de caracales entre un grupo de palomas picoteando en el suelo. Ambos procu­raban matar tantas aves como podían antes de que la bandada entera, alarmada, levantara el vuelo. Un caracal era capaz de abatir hasta 10 palomas en un segundo, lo cual induce a creer que el término "ojos de lince" proviene de esta especie. El caracal es capaz incluso de abatir aves en vuelo, ya sea levantándose sobre sus patas traseras, o saltando en el aire hasta 2 m del suelo.


A la caza de aves y mamíferos
El caracal se alimenta de animales muy diver­sos cuyo tamaño oscila entre el de jóvenes kudus o pequeños antílopes y monos, y roedo­res como jerbos y liebres; también se nutre de pintadas y perdices además de otras aves más pequeñas; se dice asimismo que, en ocasiones, salta sobre los avestruces sentados, matándolos de una rápida dentellada en el cuello. Según parece, también mata serpientes.