La hormiga-león adulta es como una pequeña y delicada libélula. Es completamente diferente a la larva, o insecto joven, la que es grande y sin alas, teniendo enormes mandíbulas en forma de quijadas venenosas. La larva de la hormiga-león es, para su tamaño, mucho más feroz que los mismos leones, pero estas pequeñas criaturas miden menos de un centímetro de largo.
La larva de la hormiga-león, no sólo se encuentra ferozmente armada, sino que también hace hábiles trampas para aprehender sus presas, que son hormigas y arañas. Después de cavar la trampa en la tierra arenosa, espera en el fondo, con sus mandíbulas listas. Cuando un insecto se acerca al borde la trampa, le arroja arena y el insecto cae en ella.