La araña es carnívora y se alimenta de insectos, capturados gracias a la tela de araña, verdadera trampa viscosa. La araña está unida por un hilo a la tela que tejió. Así advierte en seguida si un insecto cae en la trampa. A veces acaba con el insecto atándolo con el hilo que segrega, o inyectándole veneno. Chupa el contenido liquido de su víctima y, si es necesario, repara los hilos rotos de su red.