Esos animales, terror de toda la fauna australiana, son los dingos, que pertenecen a la familia de los cánidos.
Hay que reconocer que precisamente esta familia, la de los cánidos, es la más variada del reino animal, pues comprende individuos de los tipos más diversos. Basta considerar que a ella pertenecen: el feroz lobo; el astutísimo zorro, el agresivo dingo, el ladino chacal, y el bueno y fiel perro, que más que ningún otro animal es adicto al hombre.
El área de distribución de los cánidos se extiende desde los tristes desiertos helados de la zona ártica hasta las cálidas regiones tropicales.
DIENTES Y UÑAS: DOS EXCELENTES ARMAS
Como todos los animales que pertenecen al orden de los carnívoros, los cánidos tienen dientes y uñas bastante desarrollados y fuertes. Éstos constituyen una excelente arma ofensiva que les permite atacar a las presas de las cuales se nutren. Efectivamente, a excepción del perro doméstico, que es alimentado por el hombre, los otros animales de la familia, que viven en estado salvaje, deben alimentarse por sí mismos.