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morsas | Los colmillos de la morsa pueden llegar a medir hasta 70 centímetros y constituyen una auténtica mina de marfil para los cazadores que se tropiezan con un grupo de estos animales. Las morsas los utilizan como arma ofensiva en las feroces batallas que libran con sus congéneres para conquistar a una hembra. Las emplean también para trepar a las rocas y a los montículos de hielo, así como para desplazarse por el suelo. Los colmillos les son por tanto sumamente útiles aunque constituyen en cierto sentido su perdición. Si hoy en día las morsas son más bien escasas y se hallan confinadas en pocas regiones del Pacífico norte, ello se debe precisamente a sus colmillos: en efecto, para obtenerlos, los cazadores de siglos pasados causaron auténticos estragos entre estos pinnipedos. Se tiene noticia de desastrosas cazas de morsas a partir del siglo IX d. J.C.