Las tortugas de agua suelen padecer un trastorno consistente en el reblandecimiento de la concha, por causa de una alimentación inadecuada o excesivamente escasa. Se nota porque su coraza ósea se debilita y se ablanda, en una palabra, se hunde por la parte de arriba con suma facilidad. Este grave trastorno puede remediarse con la administración de alimentos variados y abundantes, especialmente carne triturada, y con la adición de vitaminas en el agua. Otro trastorno de las tortugas son las inflamaciones de los ojos, que se producen cuando el fondo de la tina donde nadan se halla cubierto de arena, y no de piedrecillas y guijas. En ese caso, al nadar el animalito levanta nubes de arena en el agua, granitos que a la larga penetran en sus ojos y, a veces, llegan incluso a provocarle la ceguera. Para que esto no ocurra, es necesario que en el fondo de la tina de nuestras tortuguitas coloquemos únicamente piedrecillas.