La mejor evidencia científica indica que todos los perros modernos descienden de una especie ancestral del lobo.
Darwin pensaba originalmente que como los perros eran tan diversos debían haber descendido de más de un tipo de lobo.
Y Konrad Lorenz, el experto en comportamiento animal, popularizó la idea de que los perros como los de tipo esquimal y los pastores alemanes descienden de lobos, mientras que los perros como los terriers y los sabuesos son descendientes de chacales.
Sin embargo, actualmente esta idea no se acepta.
En términos de comportamiento y afinidades genéticas, no hay pruebas más que el de un antepasado común, probablemente un lobo asiático.
En cuanto a la gran variedad existente entre los perros, es debida a que cada especie animal posee una variabilidad genética que le permite adaptarse si las condiciones cambian. En forma silvestre, el coyote y el lobo, tienen lo que se denomina un sistema regulador, de modo que todos los genes que tienen no se expresan necesariamente, esto hace que un lobo no se diferencíe mucho de otro lobo de una región distinta.
En cambio, los criadores de perros han llevado la selección fuera del sistema regulador, por lo que todas las posibilidades de la especie pueden aparecer en sus diversas razas, y los perros libremente pueden mostrar toda su variabilidad genética, desde el chihuahueño hasta el gran danés.