¿Quién descubrió las leyes de la herencia?

Cruce y mutación
Cuando Darwin formuló su teoría evo­lucionista desconocía por completo las leyes de la herencia. Vio que la evolu­ción tenia lugar por una selección na­tural que conservaba ciertas cualidades heredadas, mientras que otras desapare­cían, pero no explicó la causa de estas cualidades. La antigua suposición de que la herencia se transmitía por la san­gre no aclaraba el mecanismo hereditario. Desgraciadamente Darwin no llegó a enterarse de los descubrimientos sobre las leyes de la herencia que, en vida suya, habían sido hechos por el fraile austríaco Gregor Mendel. Este llevó a cabo unos experimentos con guisantes y estudió cómo se transmitían en ellos di­ferentes cualidades. Pero las leyes que descubrió y publicó no fueron conoci­das por la ciencia de su tiempo. Fue el holandés Hugo de Vries quien, a prin­cipios del s. XX, redescubrió los resultados de las investigaciones de Mendel y se dio cuenta de su importancia. Con ello, la teoría de la evolución recibió su más firme fundamento. De Vries descubrió los cambios espon­táneos de los genes que ahora llamamos mutaciones. Vio que eran éstos los que daban origen a la evolución y no, como Darwin había sostenido, la selección gradual debida a la lucha por la existen­cia. Sin embargo, investigaciones posteriores han probado que la selección y las mutaciones desempeñan su papel en la evolución. Los distintos genes que hay en una especie, mediante cruces, pueden combinarse de muchas maneras, pero, a pesar de ello, el proceso evolu­tivo se detendría poco a poco, si las mu­taciones no produjeran nuevas variedades.

   Lo que determina las cualidades heredi­tarias son los genes. Cada individuo tiene su propio juego de genes, pero un individuo aislado no puede evolucionar. La evolución se produce siempre en una población, es decir, un grupo aislado de individuos de la misma especie. Dentro de la población hay un determinado conjunto de genes. Cuando se altera este juego, se inicia una evolución. Esto pue­de suceder por dos razones: porque nuevos factores del medio ambiente mo­difiquen la selección natural o porque las mutaciones ocasionen una alteración del equipo genético. También pueden introducirse nuevos genes al cruzarse individuos de diferentes poblaciones. Las leyes de la genética han explicado cambios en los seres vivos, cimen­tando sólidamente la teoría de la evo­lución. La investigación genética ha fi­jado las leyes evolutivas de poblaciones e individuos, a lo largo de la historia de la vida sobre la Tierra. Entre los ha­llazgos más sensacionales está el descu­brimiento del DNA, que es la sustancia constitutiva de los genes. En las divi­siones celulares, el DNA se autoduplica. De esta manera se transmite a las célu­las hijas "el programa" genético