La dañina mosca de la fruta



Mosca de la Fruta. Este el nombre común de moscas enteramente diferentes: drosofílidos y tripetoideos. Entre los tripetoideos se encuentran más de 900 especies de moscas que atacan los frutos de numerosas especies comestibles y ocasionan daños considerables. En toda la América Lati­na la más común es la llamada "mosca america­na de las frutas", de color amarillo, con los ojos verdes con reflejos metálicos coronados de rojo. Tiene tres líneas de color azufre, las alas algo ahumadas con tres manchas de co­lor habano, dos en forma de V y entre ellas una larga en forma de S. La hembra, una vez fecundada, pone sus huevos dentro de las fru­tas mediante una térebra que perfora la epi­dermis. De estos huevos nacen larvas que des­truyen la pulpa de las frutas y que, después de mudar varias veces de piel, llegan al es­tado adulto, salen entonces de la fruta y se entierran en el suelo, donde crisalidan.

Al cabo de un tiempo, de esta crisálida nace una mosca que recomienza el ciclo. La dura­ción de los diferentes periodos es muy variable, según las latitudes, y puede ser de 20 días en lugares cálidos y húmedos hasta 40 ó 45 en zonas secas.

Son muy perjudiciales porque no tienen una fruta preferida. Las primeras moscas atacan a los damascos tempranos; la segunda genera­ción, a los duraznos; luego a todas las frutas; en el verano atacan a los kakis y, finalmente, se dedican a las frutas cítricas. A esta especie americana se le ha agregado en algunos países de la América Latina la "mosca del Medite­rráneo", posiblemente de origen africano, que tiene también bonitos colores, pero es una pla­ga temible de los frutales. En los E.U.A. apa­reció en el estado de Florida en 1929 y se adoptaron medidas tan severas, incluso con la cooperación del ejército, y se gastaron tantos millones de dólares, que a los 19 meses había desaparecido.