Las patas venenosas del ciempiés

Patas venenosas


Los ciempiés paralizan y matan la presa con su mordedura venenosa; no la infligen con las mandíbulas, sino con el primer par de patas, que se hallan especialmente modificadas como "uñas venenosas", pues son huecas y están co­nectadas a unas glándulas. La mordedura de las grandes escolopendras tropicales es excesivamente dolorosa y a veces peligrosa, aunque en pocos casos hay consecuencias fatales.


Bien protegidos de los enemigos

Los pequeños ciempiés son devorados por las aves cuando la pala o el azadón los deja al descubierto, pero se hallan bien protegidos de los enemigos de su propio tamaño por su mor­dedura venenosa. A un varano malayo, des­pués de la disección, se le encontró el estó­mago casi lleno de grandes Scolopendra. Muy pocos animales, sin embargo, muestran un apetito tan feroz como el varano, y estos grandes ciempiés deben tener pocos enemigos que les inquieten.
Cuando se les ve combatir enfrentados a arañas o escorpiones de su propio tamaño, en peleas montadas como espectáculo, resultan casi siempre vencedores.