Las tremielgas

Universo animal | Tremielgas o torpedos, angui­las eléctricas |


   Algunas veces, el pes­cador, al retirar las redes del mar, recibe una descarga eléctrica que casi le paraliza el brazo; ésta es producida por el torpedo o tre­mielga. Este pez se parece a las rayas, y como ellas, tiene el cuerpo aplanado, pero su contorno es redondeado, como si fuese un disco vi­viente. El torpedo es una verdadera batería eléctrica animada; puede transmitir su propia corriente siempre que lo desee, y la descarga que produce cuando se le excita puede ser lo suficien­temente enérgica para inuti­lizar a un pescador durante varias horas.
   El pez torpedo, al que también se llama tremielga, tembladera o raya eléctrica, pertenece al grupo de los elasmobranquios, que comprende las lijas, tiburones y rayas. Está provisto de un verdade­ro sistema de acumuladores eléctricos, situados a cada lado de su cuerpo circular, cerca de la cabeza, los cuales están constituidos por cier­tos músculos transformado­res. Éstos toman el aspecto de un panal de abejas y es­tán formados por grupos de fibra muscular en for­ma de prismas hexagonales, dispuestos perpendicularmente desde la superficie superior a la inferior del pez. La parte superior del torpedo es el polo po­sitivo de la batería, y la parte inferior es el negativo. Cuando está fuera del agua, hay que tocarlo en dos puntos distintos para que se establezca el circuito y se perciba la descarga, pero si está en el agua, que es un líquido excelente conductor de la electricidad, sólo es necesario un punto de con­tacto para que el fenómeno se produzca.
   El aparato de descargas eléctri­cas lo utiliza el torpedo, no sólo para defenderse, sino también para dar muerte a los pequeños anima­les de que se alimenta. Si no fuera por esto, quizás muriera de ham­bre, pues sus movimientos son len­tos y torpes, y sus dientes, peque­ños e insuficientes para atrapar o morder. Por esta razón, descansa tranquilamente en el fondo hasta que algún animal se le acerca lo bastante para ser electrocutado. Ciertos casos inexplicables de acci­dentes de personas que aparecen ahogadas se atribuyen a las des­cargas eléctricas de estos peces. Es redondo y aplanado, con una robusta cola en la que tiene las aletas. Su cuerpo es liso y suave al tacto. La especie más grande se encuentra en las costas del Atlántico, tanto en las europeas como en las americanas; algu­nos de ellos alcanzan más de un metro de largo y pesan casi 100 kilos, pero estas dimensio­nes son excepcionales. Cuando el pez torpedo está débil o mo­ribundo, su fuerza eléctrica des­aparece gradualmente. También existen algunas especies en la costa americana del Pacífico.
   Varias especies de peces, principalmente la anguila eléc­trica de Sudamérica, tiene la misma rara facultad de generar electricidad.
   El nombre científico de las tremielgas o tembladeras es Torpedo ocellata y Torpedo marmorata, de la familia de los torpedínidos; la anguila eléctri­ca es el Electrophorus electricus. La anguila eléctrica, pu­raque  o temblador es notable por el gran tamaño de sus ór­ganos eléctricos, que están situa­dos en la cola. Puede descargar suficiente electricidad para matar a un animal de tamaño considerable y para privar de sentido a un hombre. Cuando la anguila ha hecho uso frecuente de esta facultad, pierde su potencia y necesita de un largo descanso para recuperarla; los aborígenes se aprovechan de esta circunstancia para capturar al pez introducien­do en los arroyos donde abunda gran número de ca­ballos. Cuando el pez agota su electricidad por las repetidas descargas que lanza a los caballos, es fá­cilmente capturado. Al gran explorador Humboldt, se deben las primeras descripciones y estudios acerca de las curiosas propiedades de este pez de América.
   En los ríos de África, vive el pez gato o siluro eléctrico, que se distingue fácilmente por las barbi­llas que rodean su boca; sus órganos eléctricos pro­ceden de una transformación de los tegumentos. Pertenece a la familia del bagre o de los silúridos, y su nombre científico es Malapterurus electricus.