Colonias de abejas

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   Las abejas sociales -las que forman comuni­dades- han desarrollado distintas castas, que corresponden más o menos a las de las hor­migas. En cada colmena hay una abeja reina madura, una cantidad de machos llamados zán­ganos y muchísimas obreras o hembras subdesarrolladas.
   Acaso la más conocida de las abejas sociales sea la melera, Apis mellifica. Construye una compleja colmena con cera secretada de ocho sacos ceríferos que tiene en la parte inferior del abdomen. Los panales de la colmena se hallan fijados verticalmente, uno junto al otro. Cada uno está formado por miles de celdas hexagonales. Algunas contienen huevos, larvas o ninfas. Otras se usan para almacenar miel y polen.
   Al comenzar la primavera la colmena de abe­jas meleras tiene una reina y una cantidad rela­tivamente pequeña de obreras. La reina empie­za a desovar. Algunos huevos se convertirán en obreras; otros, en zánganos, y unos pocos, en reinas. Éstas se crían en celdas especiales más grandes llamadas celdas reales. Después de unos tres días nacen las larvas. Todas son alimenta­das durante un breve período con jalea real, una secreción de ciertas glándulas de las obreras. Pasado éste, las futuras obtet&s y tánganos se nutren de miel y polen. Las larvas que habrán de criarse como reinas, o sea las princesas, con­tinúan siendo alimentadas con jalea real.
   Las larvas crecen rápidamente. Después de unos seis días, la obrera encargada sella la celda, y la larva se convierte en ninfa. Las larvas que han de convertirse en obreras o zánganos hilan en torno de su cuerpo un capullo completo antes de entrar en la etapa de ninfa. Los capullos hilados por las larvas que se tras-formarán en reinas encierran sólo la cabeza, el tórax y una pequeña parte del abdomen.
   A los 12 días, aproximadamente, las obreras se desprenden de la piel ninfal, mastican la entrada de la celda y salen. Los zánganos tardan unos dos días más en cumplir esta etapa. Las princesas pasan de ninfas a adultas en unos siete días. No emergen de las celdas: las servidoras hacen un agujero pequeño en cada celda real y siguen alimentándolas.
   Con el tiempo, la colonia de abejas neutras se ve superpoblada, y se produce una forma de migración llamada enjambre. La reina vieja, acompañada por muchas de las obreras, abando­na la colmena y busca un nuevo nido. Éste puede ser el hueco de un árbol o una colmena fabricada por el hombre.
   Una de las princesas jóvenes emerge ahora de su celda en la antigua colmena. Se dirige hacia todas las demás celdas reales y mata a sus ocupantes. Si emergen al mismo tiempo dos o más princesas, luchan hasta que sólo una queda viva. La reina recién establecida vuela entonces del nido, se aparea con uno o más zánganos, vuelve a la colmena y comienza a poner huevos. El zángano muere inmediatamente después del apareamiento.
   Los zánganos restantes son tolerados en la colmena durante algún tiempo, aunque no reali­zan labores comunales. Sin embargo, si la pro­visión de comida escasea, se los expulsa del nido y no se les permite volver a entrar. Como viven del alimento aportado por las obreras, están destinados a morir una vez fuera.
   Las obreras desempeñan diferentes tareas. Algunas recogen polen y néctar mientras que otras cuidan de las crías o sirven a la reina. Otro grupo ventila la colmena con rápidos movi­mientos de las alas. Ésta es una labor impor­tantísima: si el ambiente se calienta demasiado, las paredes de cera se derriten.