El león, pese a lo que se diga, no es ni el rey de la selva ni el del desierto. Sólo vive en las sabanas, donde puede encontrar a sus presas, los herbívoros. El león evita la frondosidad de la selva, poco favorable para la caza e incluso para su propia seguridad. Durante el día descansa de sus cacerías nocturnas, dormitando a la sombra mientras digiere perezosamente su festín de carne fresca. Al caer la noche se anima: es la hora en que los hervíboros salen de sus reductos para beber y pacer la hierba de los grandes espacios libres. La hora de la caza. Tanto el león como las leonas de la manada eligen su presa, se acercan a ella sigilosamente y la abaten, por lo general, son las hembras quienes realizan la caza sin ayuda del macho.
¿Es el león el rey de la selva?
El león, pese a lo que se diga, no es ni el rey de la selva ni el del desierto. Sólo vive en las sabanas, donde puede encontrar a sus presas, los herbívoros. El león evita la frondosidad de la selva, poco favorable para la caza e incluso para su propia seguridad. Durante el día descansa de sus cacerías nocturnas, dormitando a la sombra mientras digiere perezosamente su festín de carne fresca. Al caer la noche se anima: es la hora en que los hervíboros salen de sus reductos para beber y pacer la hierba de los grandes espacios libres. La hora de la caza. Tanto el león como las leonas de la manada eligen su presa, se acercan a ella sigilosamente y la abaten, por lo general, son las hembras quienes realizan la caza sin ayuda del macho.