¿Por qué las procesionarias se mueven en largas hileras?

   Una de las especies de orugas más extendidas, y tal vez la que posee la más temible defensa química, es la de las procesionarias delpino, provistas de pelos extraordinaria­mente urticantes.
   Cualquier persona que visite con cierta asi­duidad los bosques de coniferas habrá observado unas singulares procesiones de orugas de color pardo-grisáceo, que descienden de los árboles y se mueven por el suelo siguiendo un preciso itine­rario de marcha. Son centenares de individuos que, avanzando en estrecho contacto unos con otros, siguen al que los guía en busca de alimento. Por lo general, los despla­zamientos se producen de noche, pero de día es también bastante frecuente poder observar la lenta procesión de subida o bajada por las rugosas cortezas de los pinos. El motivo de su singular conducta se debe al hecho de que dichas orugas son ciegas. Para salir en busca de comida siguen al guía, que avanza hacia las hojas guiado por su instinto y emitiendo un del­gado hilo de seda que sirve de orientación a las demás.